viernes, 20 de enero de 2012

Lobo de fuego

El joven poco a poco dejó de escuchar la voz de su amiga hasta que se desmayó
 [...]

El muchacho abrió los ojos en esa extraña realidad en la que creía estar inmerso, estaba siendo transportado por un lobo, un lobo de fuego con un cuerno en la cabeza, un lobo de fuego que se tambaleaba mientras caminaba entre la oscuridad, un lobo de fuego herido que se sentía inútil.

El lobo aulló y se detuvo, el chico se bajó de él ya que así se lo indicó el animal con el hocico. El muchacho se examinó, no le dolía absolutamente nada,  no estaba sangrando, ni un rasguño.
Fue entonces cuando miró de lleno el rostro del lobo, el animal sangraba por el ojo mientras mantenía su pata delantera izquierda levantada, no podía apoyarla, tenía una herida de bastante mal aspecto.
El animal parecía mirar con cierta rabia al joven, este se le acercó un poco y el lobo le enseñó los dientes.

-Tranquilo, yo…no quiero hacerte daño-le dijo.
El lobo pareció calmarse.
-¿Qué eres?-preguntó el chico-Yo te he visto en algunos sueños.
-Yo soy una parte de ti.
El animal parecía comunicarse telepáticamente con el muchacho.

-¿Estás herido por mi culpa?
-Sí. No has sabido protegernos.
-Quise usar estos poderes para proteger a aquellos a los que quería pero no he podido hacer nada.
-Lo sé. Debes tener más cuidado a partir de ahora. Esto es muy peligroso y no podemos hacer mucho.
-Pero debo encontrar a Maya-el chico se quedó perplejo al recordar lo que le había dicho Draco-debo encontrarla y volver a mi reino. No hay vuelta atrás.
-Si continúas adelante no sé si me voy a poder controlar.
-Es la única opción para que logremos nuestro objetivo-sentenció con firmeza.
El animal asintió.

Oliver se acercó al lobo pero en cuanto le tocó la cabeza, las llamas de su lomo se hicieron mucho más intensas y envolvieron a ambos. Después apareció otro lobo, este completamente negro y amenazante. Ambos gruñeron al verse, después aullaron al unísono y se abalanzaron el uno hacia el otro.
Los animales se fusionaron entre sí y se formó una enorme llama rojiza.
Cuando se apagó tan solo quedó oscuridad.

jueves, 5 de enero de 2012

5 de enero

Tumbado en la cama, metido entre las sábanas me doy cuenta de que te echo de menos cuando no estas conmigo.
Mucho. Más de lo que nunca había echado de menos a nadie.

Y entonces me doy cuenta de que después de año y medio sigo teniendo las mismas ganas de verte y estar contigo.
De hacerte feliz y hacerte perder la cabeza hasta donde nunca imaginaste que la perderias.
De rodearte con mis brazos y ponerte la piel de gallina con mis besos.
De ilusionarte y alegrarte como nunca nadie lo ha hecho.
De correr, reír y disfrutar de los días a tu lado.
Porque son los mejores.

Porque iluminas mi mundo.
Porque levantarme cada mañana merece la pena sabiendo que estas a mi lado.
Porque tambien te quiero como nunca había querido a nadie.