jueves, 26 de agosto de 2010

Expresión

Hay cosas que no se pueden explicar con palabras y que, por mucho que lo intentes, nunca vas a poderlo hacer. Sentimientos, ocasiones y situaciones para las que no hay palabras, en la que los gestos lo son todo.


Por eso a veces me quedo sin palabras, porque no puedo expresar bien lo que siento en ese momento y por eso no pienso en nada y me limito a abrazarte y besarte porque es lo que siento.

Porque en ocasiones no hacen falta las palabras y lo sabes. A veces no digo las cosas, porque aunque hayan pasado casi 2 meses ya, todavía me sigo atascando y poniéndome nervioso.

Y sé que en muchas ocasiones a ti te ocurre lo mismo.

Pero sin embargo, me doy cuenta de que me hablas con cariño, de que te sientes bien a mi lado y de que me observas lentamente con ternura como quien paladea un delicioso manjar y eso me encanta. Me encanta que sonrías cuando te miro, que te alegres con mis chorradas por muy estúpidas que puedan llegar a ser y que tu cara se enrojezca en según qué ocasiones.

Porque tu expresión es de felicidad y eso me encanta.

Sabes que me gustaría que te animaras a decirme aquellas palabras más a menudo pero sé que como me ocurre a mí a veces te cuesta, por ello, de momento, me quedo con tu expresión.

Porque una expresión vale más que mil palabras.
Aunque a veces piense que no haya una expresión que simbolice todo lo que te quiero.

lunes, 23 de agosto de 2010

Escapar

Y el muchacho se encontraba llorando bajo el puente, pues no quería que los habitantes de su ciudad le vieran, se sentía mal, muy mal, aburrido y cabreado.
 Aburrido pues solo le hacían caso cuando los demás no estaban, porque siempre era el último y siempre lo iba a ser.
Cabreado pues algunos de los habitantes no hacían más que hacerle la vida imposible sin que él pudiera hacer nada por remediarlo.
Frustración, si esa era la palabra, frustración por sentirse inferior, por sentir como algunos le fastidiaban sus sueños y no podía hacer nada por remediarlo y porque se encontraba en una encrucijada. Porque no sabía que debería hacer con su futuro ahora, porque tenía miedo, miedo de enfrentarse a todos aquellos que no le permitían continuar, pues aquello podría suponer un desastre de magnitudes inimaginables.


Y sin embargo, esta vez parecía que si se podía apoyar en alguien.

El muchacho decidió salir del puente al amanecer, pues una mano conocida le empujó de allí, pero entonces comenzó a llorar bajo la lluvia, ya era muchos años escondiéndose todas las noches allí y, por fin, tenía algo que le hacía salir. El chico se mantuvo en la distancia mientras observaba cauteloso a quien le visitaba en su escondite cada día. Pero entonces quiso agarrarla de la mano y correr, correr lejos de todo y de todos, lejos de cualquier preocupación, lejos de todas las personas que le hacían sentir mal, lejos de cualquier cosa que podría enturbiar la paz que sentía a su lado.

Sin embargo ella le obligaba a volver a la ciudad, y entonces volvía a pensar en escapar y correr por aquellas verdes praderas que rodeaban la ciudad y que suponían un momento de respiro.

Pero no podría escapar por completo. Al menos por el momento.

viernes, 20 de agosto de 2010

Distancia

Hoy es otro día en los que paso la tarde, solo, incomunicado, sin saber nada de lo que ocurre al otro lado de la ventana. Hacía mucho tiempo que no ocurría esto.

Sin embargo parece como si las sensaciones ahora fueran distintas. Antes la distancia apenas me suponía problema, incluso cuando estaba mucho más lejos, en el fondo sentía tranquilidad y que todo iba bien. Pero en esta ocasión algo es distinto, siento como si el lazo que te une a mí fuera más frágil de lo que debería ser y me asusto, tengo la sensación de que en cualquier momento, ese lazo se deshilachará y te marcharás para no volver.

Y entonces es cuando pienso que no estoy haciendo tanto por ti como te gustaría.

Y la distancia me vuelve a decir que me preocupe.

Me pregunto porqué siento ahora esta sensación, no logro comprender porqué noto que ahora la distancia va a suponer un problema si nunca lo ha sido. A mí no me importa, es algo incluso común en mi vida, pero tengo miedo de que a ti si te importe, de que no estés acostumbrada a ello y que te harte el no poder disfrutar de mí, de mi presencia o de mi compañía más a menudo. Y quizá por ello no quiero que este verano termine nunca…

Porque sé que a partir del mes que viene apenas podrás disfrutar de mí más que un día a la semana. Porque sé que el ajetreo de la rutina diaria me hará que no esté tan pendiente de ti como me gustaría. Porque sé que apenas hablaremos.

Pero esa es la misma prueba a la que me sometió el destino en otras ocasiones, por eso, yo puedo vivir con ello. Pero tengo miedo de que tú no puedas hacerlo. Porque la distancia hace el olvido.

domingo, 15 de agosto de 2010

Noche mágica

Y no quise ni que el mareo que me produjo el tren pudiera conmigo, no, ese día no. Ese día ni mis peores pensamientos me iban a hacer preocuparme, esa noche era para ti porque te lo prometí. Tú serías lo único que existiría.


Y el agradable paseo trajo mi cabeza de vuelta a su sitio. Y al entrar en tu castillo comencé a disfrutar de tu fabulosa cotidianidad.

El chocolate supo a néctar de dioses al estar tú acompañándolo.

Y al llegar la noche dormimos en las puertas del paraíso y allí vi todo tu esplendor y no hubo visión más maravillosa que aquella. Entonces no quise hacer otra cosa que disfrutar de ti sin que nada ni nadie pudiera impedirlo. Y lo hice.

Porque aquella noche más que nunca deje las preocupaciones en la puerta. Porque esa noche más que nunca te iba a hacer flotar.

Y despertaste al lobo más fiero de lo que se durmió y no quise dejar de abrazarte porque sabía que al levantarte tendríamos que volver a la realidad.

Pero las dos palabras que me dedicaste en la estación pusieron un final glorioso a una noche mágica.

viernes, 13 de agosto de 2010

Sufrimiento

Y la fresca brisa veraniega poco a poco me va sumergiendo en mis pensamientos y recuerdo esas épocas en las que no importaba nada.


Siempre había pensado que las relaciones interpersonales eran una tontería, al fin y al cabo, estar cerca de los demás solo parecía servir para sufrir. Todo el mundo sufría, ya fuera por amor o por temas de amistad, el relacionarse con los demás solo traía sufrimiento. Incluso hice un esfuerzo por acercarme a los que parecían más inteligentes pero hasta ellos te hacían sentir extraño.

Pero decidí desde muy pequeño ver todo desde fuera y gracias a ello tengo una visión más global del comportamiento humano.

Sin embargo, poco a poco me fui adentrando en lo que la gente consideraba amistad, tenía sus cosas malas pero también buenos sentimientos casi indescriptibles. Aunque a día de hoy sé a la perfección que eso no era una amistad de verdad, simplemente unos utilizaban a los otros para estar con ellos el tiempo que necesitaran hasta que encontraran a otros con los que se divirtieran más. Pero sin embargo quise probarlo y como era de esperar me traicionaron y olvidaron en poco tiempo y pensé que hasta que no encontrara a alguien que pareciera un amigo de verdad, no intentaría relacionarme demasiado.

Sin embargo, un día me enamoré, sí, el primer amor, bonito y recordado por todos. Y entonces aparté todo lo que había pensado sobre las relaciones hasta ese momento, ya que empecé a moverme por sentimientos.

Todavía recuerdo la primera vez que experimenté lo que era no poder decir las cosas, el cosquilleo en el estomago, el estar todo el día pensado en el ser amado y el querer pasar todo el tiempo posible con esa persona tan especial. Y aunque sufría me gustaba. En ese momento me di cuenta porque la gente quería sufrir de esa manera, aunque contradictorio, era estupendo sentirse tan mal y el día que todo te salía bien, flotabas, volabas por tu nube mientras el buen humor se apoderaba de todas las partes de tu cuerpo.

Pero, eso también se acaba y entonces descubrías el verdadero dolor, el dolor a que te rechazaran o a que te utilizaran y dejaran, en ese momento, no te das cuenta(es normal, estas enamorado) pero cuando todo acaba te das cuenta que ha sido una farsa, que te han utilizado, que te sientes como un estúpido pañuelo de usar y tirar y que nunca le importaron tus sentimientos.

Y una y otra vez vuelvas a buscar alguien que parezca que le importen tus sentimientos, y entonces descubres que tan solo encuentras empujones, codazos, patadas y egoísmo. Y es entonces, cuando todo parece perdido, cuando encuentras a una persona que no te utiliza, que no le importa darlo todo por ti, cuando descubres lo que es ser querido de verdad.

Pero después todo acaba y vuelves a sufrir.

Sin embargo, los humanos somos tan estúpidos que queremos seguir hacia delante y volvernos a enamorar para sentir esas buenas sensaciones, aunque en el fondo sepamos que al final sufriremos.

lunes, 9 de agosto de 2010

Lunes de agosto

Desde luego hay dias malos.
Días en los que ya desde por la mañana intuyes que va a ocurrir algo horrible y que los próximos días seguramente no vayan a mejorar. Porque, por desgracia, encima sabes perfectamente en que fechas estás.
Días en los que apenas has dormido y no te apetece hacer nada. En los que tienes calor, sueño, y encima estas cabreado.
Días en los que sin poder remediarlo te ocurre algo malo, algo ajeno a tí, algo que sin quererlo se te presenta y te jode. Y lo peor de todo es que no puedes hacer nada, porque sientes como si el mundo entero se hubiera puesto en tu contra para fastidiarte, porque, al parecer, tu destino no es ser feliz.
Días en los que vuelves a odiar tu vida y esa mala suerte que siempre te ha acompañdo desde que eras pequeño. En los que recuerdas todos y cada uno de esos malos momentos que hicieron que tu almohada se llenara de lagrimas, de lagrimas que nadie ha podido consolar nunca.
Días en los que te aburres, pero por no tener una mala palabra hacia aquellos a los que quieres te aislas, y prefieres dar un paseo solo, ver la tele un rato y evadirte. Por lo menos hasta que ya estas más calmado.
Días en los que te apetece ir a la montaña más alta y pegar un fuerte grito para desahogarte pero entonces te fijas en que estás en el centro de la ciudad.
Días en los que sabes que nada va a poder cambiar tu humor y solo deseas cerrar los ojos, antes de que las lágrimas vuelvan a hacer su aparición, y dormir para ver si mañana es mejor, porque ya estás harto de hoy.
Sí, sin duda hoy es lunes. Otro horrible lunes de agosto.

domingo, 8 de agosto de 2010

Estúpido

-No digas más que eres estúpido porque suena a que tonto soy por hacer esto.


Lo siento pero me lo seguiré llamando porque lo soy.

Soy estúpido porque una sonrisa de cariño tuya me estremece.

Porque con un beso de tus labios mi corazón se acelera.

Porque tu suave caricia me lleva a flotar en una nube por el cielo.

Porque a tu lado mis problemas desaparecen.

Porque junto a ti el resto de las cosas dejan de tener tanta importancia.

Porque cuando me abrazas el tiempo se detiene.

Porque me perdería en tus hermosos ojos durante siglos.

Porque tus labios son el más maravilloso manjar.

Porque tu piel tiene la textura de las rosas.

Soy estúpido porque deseo estar a tu lado.

Soy estúpido porque me dí cuenta de que te quiero y en su momento no quise creérlo.

jueves, 5 de agosto de 2010

La leyenda de la princesa y el lobo

Hace seis meses un pequeño y tímido lobo decidió entregar su corazón a una majestuosa águila, pero ella se empeñó en picotearlo, patearlo, y quemarlo como si de un felpudo barato se tratara.
Por ello, aquel lobo decidió ocultarse en un profundo abismo. Desde que era un simple lobezno no habían parado de golpearle y menospreciarle una y otra vez pero él siempre había continuado sonriendo pues siempre había pensado que el pasado solo es pasado por muy duro que hubiese sido y que el futuro debía ser mejor… pero después de aquello no quiso sonreír nunca más. Y entonces dejó de creer en cuentos de hadas.
Sin embargo, y sin apenas darse cuenta, una princesa se enfundó la armadura de caballero y quiso sacarle de aquel profundo y oscuro pozo en el que el lobo se había introducido sin remedio. Ella le limpió las lágrimas, sació su llanto y curó sus heridas, porque no quería que el lobo sufriera más, detestaba verle así, ella sabía que aquel animal sabía sonreír y quería que lo hiciera de nuevo. Y el lobo se dejó ayudar porque al verla sintió a los ángeles alegrarse, porque se fijó en sus ojos de cristal y en su honesta sonrisa y vio que en aquella hermosa princesa había algo especial.
Pero cuando este ya estaba algo mejor, no había vuelta atrás, había estado cerca del animal demasiado tiempo y ahora no había retorno. Y entonces aparecieron las llamas.
 La princesa arriesgo su reino porque creía en sus sentimientos, porque le quería y sabía que el animal le iba a responder, por ello, prometió estar junto a él y continuar haciéndole sonreír. Por su parte, el lobo arriesgó de nuevo su corazón y  prometió cuidarla, protegerla y hacerla cabalgar sobre su lomo hasta llegar lo más alto posible, porque poco a poco había descubierto lo mucho que la quería y ahora sabía con certeza que deseaba estar junto a ella.

Y entonces, una cálida noche de verano, surgió lo inevitable. Y el lobo volvió a creer.
Desde ese momento el animal vio que al lado de su princesa el tiempo pasaba más deprisa, porque a su lado solo importaba ella, porque su sonrisa le hacía vivir.

Por desgracia, se que los cuentos no tiene un final feliz solo espero que este cuento acabe lo más tarde posible; pero hasta entonces pienso disfrutar con cada letra, alegrarme con cada párrafo e iluminar cada página. Por ti. Porque eres la princesa a la que quiere este estúpido lobo.