viernes, 20 de agosto de 2010

Distancia

Hoy es otro día en los que paso la tarde, solo, incomunicado, sin saber nada de lo que ocurre al otro lado de la ventana. Hacía mucho tiempo que no ocurría esto.

Sin embargo parece como si las sensaciones ahora fueran distintas. Antes la distancia apenas me suponía problema, incluso cuando estaba mucho más lejos, en el fondo sentía tranquilidad y que todo iba bien. Pero en esta ocasión algo es distinto, siento como si el lazo que te une a mí fuera más frágil de lo que debería ser y me asusto, tengo la sensación de que en cualquier momento, ese lazo se deshilachará y te marcharás para no volver.

Y entonces es cuando pienso que no estoy haciendo tanto por ti como te gustaría.

Y la distancia me vuelve a decir que me preocupe.

Me pregunto porqué siento ahora esta sensación, no logro comprender porqué noto que ahora la distancia va a suponer un problema si nunca lo ha sido. A mí no me importa, es algo incluso común en mi vida, pero tengo miedo de que a ti si te importe, de que no estés acostumbrada a ello y que te harte el no poder disfrutar de mí, de mi presencia o de mi compañía más a menudo. Y quizá por ello no quiero que este verano termine nunca…

Porque sé que a partir del mes que viene apenas podrás disfrutar de mí más que un día a la semana. Porque sé que el ajetreo de la rutina diaria me hará que no esté tan pendiente de ti como me gustaría. Porque sé que apenas hablaremos.

Pero esa es la misma prueba a la que me sometió el destino en otras ocasiones, por eso, yo puedo vivir con ello. Pero tengo miedo de que tú no puedas hacerlo. Porque la distancia hace el olvido.

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