jueves, 5 de agosto de 2010

La leyenda de la princesa y el lobo

Hace seis meses un pequeño y tímido lobo decidió entregar su corazón a una majestuosa águila, pero ella se empeñó en picotearlo, patearlo, y quemarlo como si de un felpudo barato se tratara.
Por ello, aquel lobo decidió ocultarse en un profundo abismo. Desde que era un simple lobezno no habían parado de golpearle y menospreciarle una y otra vez pero él siempre había continuado sonriendo pues siempre había pensado que el pasado solo es pasado por muy duro que hubiese sido y que el futuro debía ser mejor… pero después de aquello no quiso sonreír nunca más. Y entonces dejó de creer en cuentos de hadas.
Sin embargo, y sin apenas darse cuenta, una princesa se enfundó la armadura de caballero y quiso sacarle de aquel profundo y oscuro pozo en el que el lobo se había introducido sin remedio. Ella le limpió las lágrimas, sació su llanto y curó sus heridas, porque no quería que el lobo sufriera más, detestaba verle así, ella sabía que aquel animal sabía sonreír y quería que lo hiciera de nuevo. Y el lobo se dejó ayudar porque al verla sintió a los ángeles alegrarse, porque se fijó en sus ojos de cristal y en su honesta sonrisa y vio que en aquella hermosa princesa había algo especial.
Pero cuando este ya estaba algo mejor, no había vuelta atrás, había estado cerca del animal demasiado tiempo y ahora no había retorno. Y entonces aparecieron las llamas.
 La princesa arriesgo su reino porque creía en sus sentimientos, porque le quería y sabía que el animal le iba a responder, por ello, prometió estar junto a él y continuar haciéndole sonreír. Por su parte, el lobo arriesgó de nuevo su corazón y  prometió cuidarla, protegerla y hacerla cabalgar sobre su lomo hasta llegar lo más alto posible, porque poco a poco había descubierto lo mucho que la quería y ahora sabía con certeza que deseaba estar junto a ella.

Y entonces, una cálida noche de verano, surgió lo inevitable. Y el lobo volvió a creer.
Desde ese momento el animal vio que al lado de su princesa el tiempo pasaba más deprisa, porque a su lado solo importaba ella, porque su sonrisa le hacía vivir.

Por desgracia, se que los cuentos no tiene un final feliz solo espero que este cuento acabe lo más tarde posible; pero hasta entonces pienso disfrutar con cada letra, alegrarme con cada párrafo e iluminar cada página. Por ti. Porque eres la princesa a la que quiere este estúpido lobo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario