domingo, 28 de noviembre de 2010

Movil

Al abrir el armario me encontré aquello, aquel móvil que guardaba tantos recuerdos... y una foto.
De repente mi mente se trasportó de nuevo allí a aquel otoño de nuestra despedida. Y recordé aquellos buenos momentos.
Recordé como intentabas estar conmigo siempre y como querías que estuviera junto a ti todo el tiempo. Recordé como pese a estar a kilómetros de distancia me hacías hablar contigo durante noches y noches casi hasta el amanecer.
Recordé como si me quedaba dormido sin quererlo me mandabas otro mensaje de buenas noches que me hacía despertarme con una estúpida sonrisa de felicidad.
Y entonces recordé que no quiero volver a recordar.

De repente una pestaña naranja parpadeante me recuerda cual es mi presente. Y me encanta.
Porque aunque miré hacia atrás, aunque tenga miedo de lo que pase ahora, aunque a veces quiera correr antes de hacerme más daño...
No lo pienso hacer.
Pues has sembrado algo en mí que no puedo dejar que cese de florecer, pues quiero flotar, volar y fantasear de nuevo.
Pues me pienso arriesgar hasta el final, pues quiero seguir llevándote al paraíso, pues pienso crear una burbuja cada día.
Porque aunque haya momentos malos, todo esto es mejor de lo que nunca había imaginado.
Te ofrezco mi mano para seguir volando por el cielo ¿La aceptas?

martes, 23 de noviembre de 2010

Metro

Otra mañana más me dirijo al metro.
En la fría, húmeda y solitaria calle se respira el ambiente previo a otro ajetreado día. El fresco otoñal deja paso al calor sofocante del metro.
En su interior, espero el tiempo habitual y una vez dentro me siento a leer como cada mañana. A mi alrededor la gente se duerme, respira fuertemente, pasa las hojas de sus libros y periodicos o miran a un punto fijo pensando en lo que tiene que hacer.
De repente y tras estar un buen rato sumergido en un fantástico mundo, llego a mi estación de destino. Levanto la cabeza, guardo el libro y me encuentro las miradas de las personas por allí. Algunos me miran con miedo, otros con desprecio y otros con extraña indiferencia.
Ni que yo fuera un asesino en serie. Simplemente por mi cara de cabreo, mi barba de tres días, mis ojeras y mis afilados colmillos no creo que sea digno de desprecio.
Salgo del vagón y allí comienza la odisea del "maravilloso" caos del centro de Madrid en hora punta.
Me intento abrir paso entre los pequeños resquicios de espacio que deja la gente, todos ellos muy ajetreados, moviéndose muy nerviosos y apresurados. Mi habitual paso matutino ágil es detenido por alguien, como siempre una persona no se ha percatado de mi presencia y casi se me lleva por delante o me hace tropezar. Llego a mi siguiente destino. Respiro y subo las últimas escaleras de la mañana, voy a cruzar el torno y de nuevo alguien se me cruza. Me cabreo, acelero el paso como si de una carrera se tratase, le paso y me coloco delante suya ralentizando mi paso...y el suyo.Quizás así ahora si se da cuenta de que hay que respetar a las personas por mucha prisa que se tenga.
Por fín y tras casi ser arrollado por los últimos viajeros que me voy a encontrar llego a mi destino.
Allí en la estación del tren me espera la única visión buena de la mañana, una hermosa y somnolienta chica a la que dar un fuerte y cálido abrazo para despertarla.
Y así sí comienza otra mañana más.

martes, 16 de noviembre de 2010

Necesidad

Triste. No estoy raro sino triste. Llevo una semana horrible. Estrés con los estudios, estrés con la familia y preocupado por ti, porque soy idiota y veo fantasmas donde dices que no los hay. Pero necesito que me digas de nuevo que es lo que sientes por mí. Necesito saber si me quieres.
Esta semana tampoco tiene pinta de mejorar, se acercan los exámenes y miles de miedos y pensamientos se agrupan en mi mente. No voy a ser capaz de superar las primeras pruebas, me falta tiempo material para hacer cosas y ¿si no soy capaz? ¿Y si esto no se me da bien?. Y para colmo aquel que me destruyó mis sueños de seguir otros tres magníficos años con vosotros, insinúa que el año que viene si voy a poder volver, que aquel error que cometió no volverá a ocurrir. Falsedad.  No me haré ilusiones, ya no puede remediarlo, por mucho que esté allí no sera lo mismo.
Y ya no hablo solo del señor patriarca, del resto tampoco encuentro el apoyo, al atravesar ese umbral no encuentro ni media sonrisa. Solo frialdad y egoísmo.

Me vuelvo a sentir como si no le importara lo más mínimo a nadie.
Aparte de eso siento como si poco a poco os fuerais alejando de mi, siento que habéis formado un grupo del que poco a poco ya no hago falta. .

Y para colmo la princesa está triste y la he vuelto a hacer llorar. Soy un bocazas. Yo y mi espíritu curioso que lo desea conocer todo. No volveré a preguntar.  Cada vez que insisto en alguno de esos temas abro el grifo de las lágrimas.
Siento que hay algo que se escapa a mi control y no logro averiguar que es, necesito que alguien me lo diga. Siento que vamos a llegar a ese punto de inflexión, de tranquilidad y normalidad al que nunca he llegado con nadie, no se que debo hacer ya que quiero seguir poniendo el mismo empeño que hace casi cinco meses pero no sé si tu vas a tener la mismas ganas que yo o si no vas a querer por alguna razón que siga siendo igual de entusiasta.
Sí por todo eso estoy estresado y triste. No raro sino triste.
Tan solo necesito absoluta sinceridad, necesito saber porque mientes, necesito apoyo y cariño, necesito un fuerte abrazo y una de tus enormes sonrisas que no encuentro desde la semana pasada.

Necesito uno de esos sábados de ensueño, necesito un día en la burbuja sin pensar en nada más, lejos de todo y de todos. Disfrutando como siempre, con esa tranquilidad y entusiasmo que eres capaz de transmitirme con solo una mirada de cariño.

Por suerte, esas miradas aún no han cambiado.A veces pienso demasiado.
Soy imbécil.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Manzanas

Me dirigí a aquel lugar porque no había otro sitio donde ir un día de fiesta. Todo iba bien, estupendo, hasta que al subir aquella fatídica rampa mecánica un cúmulo de malos recuerdos me abrumaron. Un paso, dos pasos, mire al frente, me quedé petrificado mirando alrededor, ese lugar aún tenía ese aura negra, ese halo de tristeza que siempre me había acompañado allí.
 Observar al frente de repente me transportó sin quererlo a una época negra, a una manzana podrida llena de gusanos donde una flor hace 6 años intentaba florecer y se tenía que conformar con lanzar una reprimida sonrisa falsa a aquellos con los que por aquel entonces pisaba aquel lugar.
Tensión, oscuridad, miedo, llantos silenciosos.

-¿Que te pasa?
-No, nada.
Poco después sonreíste.
Una sonrisa, una simple sonrisa puede tornar unos malos recuerdos en un momento feliz.
Gracias por iluminar un lugar oscuro.

Esta semana me comeré varias manzanas:
Una por la intensa luz de la princesa capaz de eliminar momentos sombríos, otra por el lobo por llenarse de optimismo donde no podía apenas ni sonreir, otra  por los años que llevaba ese lugar a oscuras y otra por pasar una página más de un negro diario.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Dos

Gracias por hablar entonces y contármelo, gracias por escuchar lo que quería decir.
Muchas sensaciones se agolparon en un solo momento,vi tu ilusión desde el principio pero hasta la noche no me di cuenta realmente de la gran importancia de aquello.
Se que solo fue un pequeño gesto, se que lloraste en un principio de alegría pero aún así es inevitable que me preocupara. Me pone muy triste verte así, llámalo empatia o llámalo amor, pero no soporto verlo.
Y como siempre acabamos riéndonos por llorar como un par de idiotas.

Tienes razón siempre buscamos la trampa oculta en la gran claridad de la luz, siempre estamos esperando que haya algo malo y no tiene porque haberlo y como sabes es porque estamos acostumbrado a ser un felpudo donde los demás se limpian los pies.
Yo personalmente estoy acostumbrado a ser pisoteado y utilizado, a que lo que yo sienta no importe nada, a que me utilicen como si de un esclavo se tratara.
Gracias por hacerme ver que hay personas que no me utilizan, gracias por hacerme comprobar que me quieres, gracias por importarte lo que siento.
Sabes que te preguntare una y mil veces que si me quieres, que si te importa lo que siento y que si te hago feliz, pero necesito que me lo digas de vez en cuando.Al igual que necesitaré que me digas si hay algo mal.

Al igual que necesito ver tu sonrisa.

Uno

Caminabas detrás de mí sin decir nada, tan solo te limitabas a seguirme con la cabeza gacha, mirándome con pena, sin comprender nada.
No me atrevía a mirarte de lleno, no podía girarme, te observaba de reojo para ver si me seguías.
No podía hablar, si decía algo de lo que estaba pensado seguramente me echaría a llorar. Me preguntaste, no quería contestar, quería que hablaras claro que si, pero de un tema banal que olvidara lo que estaba en mi cabeza:
-¿Por qué te echas a llorar así de repente? ¿Acaso he hecho algo malo? No quiero verte así, me cabrea mucho el que yo haya sido la causa de tu llanto, tan solo me he preocupado por lo que sientes, no tienes que buscarle una razón extraña ni un porqué al porqué de repente al mediodía te dije eso. Sabía que te hacía mucha ilusión, solo eso. Quizás es que debo ser un egoísta y no preocuparme por ti.
Estaba bastante molesto y preocupado.
Por fin hablaste de algo, me daba igual lo que fuera, solo quería escucharte y dejar de pensar en ello. Por eso después si pude contestar y preguntarte aquello en aquel iluminado lugar.

Sé perfectamente lo que es que te traten como un felpudo por eso quiero hacerte feliz, muy feliz y que sigas volando como llevas haciendo todo el verano.
Menos mal que aquella acción te alegro...

jueves, 4 de noviembre de 2010

Yamada

El 1 de abril descubrí por casualidad en una pagina web que se acababa de estrenar en Japón las novedades de anime de primavera. Entre todas las que se estrenaban esa temporada me llamó la atención solo una:  B gata H kei.
Y aquel día que me puse a ver aquel capitulo ni me imaginaba lo que iba a significar para mí, en aquel momento tan solo buscaba algo divertido que me alegrara la tristeza que llevaba alargando durante todo el mes anterior.

La serie me enganchó de principio a fin, no pude parar de reírme durante los 25 min que duraba y su opening sin duda me cautivo.
Día tras día esperaba impaciente que sacaran un capitulo nuevo y eso que al principio me lo tomaba con calma para verlo.
Pero según llegaban los últimos capítulos mis ganas de verlo incrementaban considerablemente. Mi corazón daba un vuelco cada vez que lo veía. Pensé que estaba loco pero era nuestra serie. Y ahora estamos seguro de ello.
Yo tambien llegaba un buen rato antes de la hora para estar lo antes posible y cuando llegabas tarde pensaba aquello de: "Maldita Yamada, ¿acaso no se acuerda que hemos quedado?"
Por suerte a mi no me retrasaron ni mujeres de parto, ni niños extraviados ni ancianas con lumbago.
Y al igual que Kosuda me ponía nervioso cuando te acercabas a mí, cuando te apoyabas en mi, cuando me hablabas, cuando nos veíamos o cuando me tocabas el cuello. Incluso a veces era igual de despistado.
Y a veces me sentía igual de ingenuo que él cuando estaba a tu lado.

A veces me siento como un chiquillo ante su primer amor, como si nunca hubiera besado a nadie, como si fuera un muchacho inocente que no conoce el significado del amor.
A veces pienso que esto es un sueño y que en cualquier momento me voy a despertar cayéndome de la cama. Pero no quiero, quiero seguir durmiendo y no despertarme nunca de tu sueño.
Porque llevo 4 meses maravillosos, 4 meses en los que he redescubierto un montón de cosas, en los que he podido probar de nuevo lo que es amar y ser amado, lo que es llorar y reir de felicidad, lo que es sentirse de nuevo vivo.
Y quiero seguir otros 4 y otros 4 y asi hasta el final.
Quiero seguir haciendote la personita más feliz de la tierra porque asi me siento yo a tu lado.

Yamada gracias por ser mi luz. Espero que volemos juntos durante mucho tiempo.




Te amo.
De Kosuda-kun para Yamada-chan.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Afortunado

Hace un rato me estuve acordando de la primera vez que entré en tu castillo. Risas, nervios,desorientación.
Un lugar nuevo, un sitio diferente y por primera vez me sentí muy a gusto sin saber donde estaba. Era tu mundo y quería conocer todo sobre él.
Fue un fabuloso día en tu laguna privada, en tu recinto de fiestas, con tu corte y sin separarme de ti como buen lobo guardián. Y me sentí feliz.
Y ayer el lobo volvió a ser afortunado. Como todas las veces que ha pisado tu palacio. Ese lobo que te protege, ese lobo que te arropa con su pelaje para que no tengas frío, ese lobo al que te subes para volar muy alto.
Ese lobo que lo daría todo por ti.
Ese lobo es afortunado porque su princesa le cuida, le protege y le quiere.
Y aunque estuve atado y a tu merced, no me importaba, me sentía feliz, como siempre que nos introducimos en la burbuja donde el tiempo pasa más deprisa, donde nada más existe aparte de nosotros dos, donde los monstruos y la oscuridad no pueden alcanzarnos.
Me encanta que seas capaz de crear esa sensación de comodidad, esa sensación de que el mal del mundo no tiene importancia si estás a mi lado.
Simplemente me encantas tú.