lunes, 1 de noviembre de 2010

Afortunado

Hace un rato me estuve acordando de la primera vez que entré en tu castillo. Risas, nervios,desorientación.
Un lugar nuevo, un sitio diferente y por primera vez me sentí muy a gusto sin saber donde estaba. Era tu mundo y quería conocer todo sobre él.
Fue un fabuloso día en tu laguna privada, en tu recinto de fiestas, con tu corte y sin separarme de ti como buen lobo guardián. Y me sentí feliz.
Y ayer el lobo volvió a ser afortunado. Como todas las veces que ha pisado tu palacio. Ese lobo que te protege, ese lobo que te arropa con su pelaje para que no tengas frío, ese lobo al que te subes para volar muy alto.
Ese lobo que lo daría todo por ti.
Ese lobo es afortunado porque su princesa le cuida, le protege y le quiere.
Y aunque estuve atado y a tu merced, no me importaba, me sentía feliz, como siempre que nos introducimos en la burbuja donde el tiempo pasa más deprisa, donde nada más existe aparte de nosotros dos, donde los monstruos y la oscuridad no pueden alcanzarnos.
Me encanta que seas capaz de crear esa sensación de comodidad, esa sensación de que el mal del mundo no tiene importancia si estás a mi lado.
Simplemente me encantas tú.

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