Aún recuerdo el año 2010, esos sentimientos que comenzaban a crecer como las flores de mayo, esos sentimientos que quizás no tendría que tener por aquel entonces.
Pero me dejé llevar, deje que Yamada se acercara más a mí, pues era agradable estar con ella, me animaba, me alegraba y me solía sacar una sonrisa cada vez que la veía, cuando intercambiábamos unas palabras o cuando simplemente quería que desayunáramos después de clase.
Y me alegro de ello, me alegro de haberle abierto mi herido corazón pues supo ponerle las vendas necesarias.
Supo hacerme ver que hay cosas buenas en la vida, que hay pequeñas cosas por la que merece la pena levantarse cada mañana.
Y sabe como sacarme una sonrisa cada vez que la veo, cómo ponerme colorado como nadie lo ha hecho, como hacerme disfrutar de cada minuto que paso a su lado, que se siente cuando se está locamente enamorado.
Y me encanta, me encanta que riamos hasta no poder más, correr por la calle haciendo el tonto,descubrirte lugares asombrosos, hacerte sonreír, mimarnos en la oscuridad de la habitación, abrazarte en mitad de la noche sin que te des cuenta, hacerte volar por el cielo.
Porque me encantas.
Porque te quiero.
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