lunes, 17 de enero de 2011

Maya

Hoy hace un año que apareció Maya. Aquella chica que trastocaría todo. Se trataba de una hermosisima chica de pelo azul, ojos verdes y suaves labios. Esa chica fuerte, atrevida, reivindicadora y con un gran corazón que trastocaría parte de la vida de Oliver para siempre.
Y mientras sus imágenes y situaciones se agolpaban en mi cabeza, alguien al parecer me hacía compañía a distancia, como una musa inspiradora de buenas ideas, aunque a veces era como hablar con una egoísta pared. Y entonces, cuando te cansas, dejas de acudir a la pared, ya que no quieres estar bajo una sombra egoísta que siempre te abandona cuando más lo necesitas.

Es triste pensar que prefieres la compañía de esa chica que has creado, a la de la persona que se supone que estas enamorado.

Y al igual que a Oliver le trastocó un poco Maya, supongo que a mi también.
Siempre me había encantado la princesa Aura, su ternura, su amabilidad, su sinceridad, su belleza, cree a la chica perfecta para él. Y sin embargo, poco a poco, me centré en Maya, aquella chica que apareció de repente e irrumpió en su vida como un huracán.
Y se convirtió en el centro de todo, su vida comenzó a girar alrededor de ella, los problemas también se formaron por su culpa y sin ella no hubiera habido historia. Y por ello, era necesaria.
Sin embargo, alguien me hizo pensar. No podía transformar a Oliver en un ser malherido, triste, solo, con su lobo interno a punto de estallar. Porque que yo estuviera en la cueva, no significa que Oliver debiera estarlo.
Y por suerte, gracias a la compañía de una hermosa chica que por entonces solo era una buena amiga, volví a pensar en que Aura, aquella muchacha que desde siempre había estado en mis sueños y me había inspirado, era mucho mejor que Maya.

Sí, me volvía a encantar Aura, como siempre desde la primera vez que me susurró en sueños.
Y yo volví a ser yo.
Aunque Oliver nunca podrá ser el mismo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario