Y poco a poco me sumerjo en mis pensamientos y me entran ganas de abrir la ventana y echar a volar.
Volar hasta donde estés, sorprenderte en la noche y meterme en tu cama para besarte, abrazarte y amarte. Meterme en tu interior y nadar en tus aguas para que me alumbres con la luz de tus sonrisas y tus cálidas miradas.
Correr junto a la orilla de la playa, disfrutar de tu presencia mientras jugamos con el mar y me pierdo en el océano de tu maravillosa mirada. Caminar bajo la luna mientras la suave brisa del verano remueve tu pelo y mis labios buscan cada rincón de tu ser.
Oler tu fragancia de princesa mientras te recorro sobre la arena...
Hoy me acuerdo de cada uno de los momentos de este verano y no cambiaría ninguno de ellos por nada.
No cambiaría aquella noche de amor con chocolate mientras veíamos el amanecer desde lo más alto, aquellos días de risas y chapoteos, los minutos que pasan volando cuando estoy en tu castillo y me siento en el paraíso, los recuerdos que aparecen en nuestra charca, las tardes de paseos, risas y cariños, las noches en el río donde se quedan atascadas las palabras...
Porque cada uno de esos momentos es muy especial para mí.
Pues eres lo más bonito de mi vida.
Y te amo con locura.
Y cada uno de los besos, cada caricia, cada abrazo con el que me quitas el aliento.
ResponderEliminarTú sí que eres lo más bonito de mi vida, y el sol que me ilumina cada mañana al despertar.
Te amo.