miércoles, 17 de agosto de 2011

JMJ-¡Que viene el Papa!

Estos días las calles de la capital se llenan de gente celebrando su fe. Miles de peregrinos venidos de todas partes del mundo se reúnen en la capital para cantar, rezar y ver al Papa. Todo es estupendo...o quizás no.

Millón y medio más de personas campean a sus anchas por la capital, comen gratis con su bonito carnet del peregrino, les sale varias veces más barato su abono turístico en el metro mientras que el resto de turistas que vienen de vacaciones se tiene que fastidiar y pagar el importe integro del abono. Y tienen la calle fuencarral cortada para que vayan al cine gratis mientras yo tengo que pagar 8 euros por ir.

No se si cuentan con la protección de Dios o con la  divina jefa maestra de la capital, la cual no permite que haya gente acampada en sol luchando por sus derechos pero si permite que el centro de la capital esté totalmente cortado. ¿Acaso ambos no están expresando aquello que quieren? ¿Por qué un grupo de jóvenes que quieren cambiar este sistema formado por políticos corruptos de sueldos vitalicios no pueden acampar donde quieran para defender sus derechos y si lo pueden hacer un grupo más numerosos de personas para ver a un hombre cuya visita la costean en el fondo nuestros impuestos?

Y hablando de eso, es verdad que gran parte del dinero invertido en las JMJ lo aportan los asistentes pero ¿que ocurre con las empresas que participan? ¿Y con los gastos que provocan en la ciudad los peregrinos?

Pues a las empresas que participan, el Estado les desgrava el 80% de su inversión y ese dinero que Hacienda al final no ingresa lo tienen que recuperar mediante todos las personas que si pagan religiosamente a Hacienda, es decir todos los españoles, ya vayan a participar en las JMJ o no.
Y los gastos de luz, agua, el uso de instalaciones públicas, los refuerzos de especiales de bus y metro... salen de eso, de dinero público. ¿Por qué tenemos que pagar todos por eso?

Y mientras tanto las fiestas del orgullo que aportan más dinero a la capital se tiene que financiar por ellas mismas. Porque aunque no lo parezca, la ocupación hotelera durante el orgullo es bastante más alta que durante estas jornadas ya que a los peregrinos les hacemos la cama. Pero claro, la jefa maestra creerá que todos esos "desviados" irán derechos al infierno. Sin embargo, tanto ella como el alcalde de las causas perdidas necesitan el dinero de esos "homosexuales depravados" que se queda en la capital, para frenar la deuda publica de la Comunidad. Ahora entiendo porque tanta obra, estaba buscando oro en el subsuelo para ver si así se frenaba la deuda.

¿Por qué un Estado aconfesional permite que todos paguemos en parte, una celebración religiosa?
 Si fuera para dar empleo lo entendería, pero apenas generará empleo ya que la mayoría de los "trabajadores" de las JMJ son voluntarios.
Y eso sin hablar de como se ha ido "convenciendo" o "adoctrinando" a los jóvenes por los colegios para ser un buen cristiano y acudir a las jornadas. ¿Acaso en estas jornadas no se intentará convencer a muchos más jóvenes que se unan al negocio de una iglesia cada vez más envejecida?
La respuesta si camináis por Madrid esta semana está más que clara.
Pero de eso quizás hable otro día.

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