miércoles, 2 de marzo de 2011

Encuentro

El chico comenzó a buscar a aquella muchacha entre la multitud del reino.
Había mucha gente, era hora punta en el mercado y las calles estaba a rebosar de gente.
Por fin la encontró, era fácil. Ella era distinta, diferente a todos los demás, podía reconocerla en cualquier parte con los ojos vendados.
Ella caminaba junto otro joven algo más corpulento que él, mientras hablaban. Sonreían.
A él no le importó.

Se situó frente a sus hermosos cabellos castaños. La saludó y la sonrió, como siempre. No debía darse cuenta de que estuvo llorando la noche anterior. Sabía que ella no se iba a enterar. Nunca lo hacía.
La miró a los ojos y la saludó como siempre, pero su mirada...ya no era la de siempre.
Ella le saludó y le dedicó una de sus sonrisas. Sin embargo, estaba más forzada que otras veces.
Como si le diera igual verle que no, como si no sintiera nada más que un simple colegueo,  se paró frente a él y comenzaron a hablar.

El se fijó en sus gestos, su boca, su mirada y se dio cuenta de que algo había cambiado. Y quería saber porqué.
Quería saber porque tenía la sensación de que cada vez era menos importante para ella. Notaba como cada día que pasaba ella estaba más distante, más pendiente de otras cosas. Como si cada día que pasara él fuera importando menos.
Y él cada día se sentía peor, más y más triste.

Finalmente se despidieron como siempre. Al fin y al cabo ambos tenían prisa. Había sido un encuentro muy corto.
El esperaría con ilusión su próximo encuentro pero ¿Y ella?

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