domingo, 5 de diciembre de 2010

5 de diciembre

En la fría noche de otoño el lobo poco a poco va cayendo en un profundo sueño.
Las finas sábanas cubrirán su piel y una mano cálida le volverá a visitar para acariciarle la cabeza. Y esta noche en su mente los recuerdos estarán más vivos que nunca.

Recordará cuando negó el amor a su princesa la primera vez que pasearon a solas.
Se acordará de aquella primera tarde en la que la abrió su burbuja para descubrir un mundo nuevo.
Evocará la primera vez que la dio un suave mordisco en su perfecto cuello de cisne, haciendose de rogar, dejando que su respiración rozara su piel antes de dejar paso a su boca y sus dientes.
Se estremecerá al recordar su primer amanecer juntos, el primero de muchos.
Volverá a sonreír al sentir como se paraba el mundo la primera vez que ella le dijo "te quiero".

Pero sobre todo deseará no despertar, no volver a la cueva pues ahora el quiere seguir soñando.
Porque ella le curó las heridas cuando más lo necesitaba.
Porque ella es la princesa de su frágil reino de marfil.
Porque ella le hace flotar por el cielo.
Porque cuando se encierran en su burbuja no importa nada más.
Porque es tan hermoso estar entre sus brazos que a veces piensa que no puede ser real.
Porque sus sonrisas de cariño son la visión más maravillosa del mundo.
Porque por ella haría cualquier cosa.
Porque sus besos le estremecen.
Porque sus abrazos le hacen vivir.
Porque aunque lleven cinco meses su corazón todavía se acelera al oír  un "te quiero"

Este lobo lleva los cinco meses más maravillosos de su vida.
Princesa, gracias, este pequeño lobo no tiene palabras para describir lo siente.
Simplemente te amo.
Y quiero seguir haciéndolo, mucho, mucho, mucho.

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