domingo, 19 de septiembre de 2010

Burbuja

En cualquier parte del mundo sabes crear un rincón del paraíso.


Ya sea en una plaza solitaria o en un pequeño trozo de hierba eres capaz de crear un autentica burbuja.

No sé muy bien cómo la creamos pero cuando te miro a los ojos, no me importa nada más.

Me siento bien, muy bien, como si no existiera nada a partir de las paredes de nuestra burbuja. Porque tenemos la extraña habilidad de hacer que nuestra burbuja sea de acero y que solo nosotros podamos traspasar sus paredes, que nada más pueda entrar allí, ni siquiera los malos pensamientos.

Tienes la habilidad de hacer que aunque estemos perdidos en medio de la madrugada, en lugares desconocidos, lo único que me importe sea que no pases frío, por mucho sueño que tenga o por mucho que mi cuerpo me indique un alto grado de congelación.

Y te prometo que te protegeré hasta que quieras que deje de hacerlo.

Porque quiero que te sientas feliz y protegida.
Ese es mi único deseo últimamente.
Porque no podría soportar no verte así.

Y allí, dentro de la burbuja, eres capaz de hacer que todo parezca más fácil. Haces que el mundo sea un lugar fabuloso en el que vivir. Allí me haces flotar.
Y entonces me siento como si el mundo fuera solo mío.

A veces, esta sensación me parece nueva. Y me encanta sentir lo que siento.

Quizá es que esta sea la primera vez que siento que si me quieren de verdad o simplemente sea que por fin comprendo estos sentimientos, pero me da igual, mientras pueda hacerte feliz en nuestra burbuja.

Porque es lo que quiero hacer.
Porque querer es mucho más que decir Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario