viernes, 10 de septiembre de 2010

Miedo

Al igual que el frío estival entra por la ventana los temores vuelven a entrar en mi cuerpo.


Y no es miedo a un nuevo mundo, ni a lo que pueda pasar con algunos seres indeseables que me rodean, no. Es miedo a lo que pueda ocurrir ahora, miedo a que todo se desvanezca. Y quizá por eso no te lo conté antes…

Siento que todo esto es muy frágil y que en cualquier momento se va a venir abajo sin poder remediarlo. Incluso una voz dentro de mí me advierte que pare todo esto antes de que pueda ser peor, que me aleje antes de que me dé tiempo a sufrir más. Pero otra parte de mí, me dice que no tema, que no huya. Y pienso hacerla caso, me prometí a mi mismo no volver a tener miedo pues todo lo que genera el miedo es malo.

Sin embargo tengo miedo de despertarme un día y que ya no estés allí, porque eres como la lluvia de invierno y ya has calado todos los poros de mi piel.

Tengo miedo de que no puedas soportarlo, aunque sepas que voy a ir allí donde quieras que aparezca.

Tengo miedo de que te vayas para siempre y ni siquiera me des una explicación razonable.

Tengo miedo porque cada vez que pienso en lo que pueda pasar, me entran ganas de llorar. Y lo siento porque todo esto no lo he podido evitar.

Sé todas las complicaciones que se van a presentar ahora, sin embargo no voy a dejar que el miedo me aterre, porque pienso hacer todo lo posible para continuar con esto. Porque si el miedo hubiera controlado mis actos hace tiempo que todo hubiera dejado de tener sentido.

Porque ni el miedo va a poder detener lo que siento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario